Es muy común no saber diferenciar entre una empresa de trabajo de temporal (ETT) y una de externalización de servicios u Outsourcing.

Si bien es cierto que ambas cubren puestos de trabajos de perfiles diversos, hay muchísima diferencia entre la contratación entre un tipo de empresa u otro.

Las empresas de trabajo temporal (ETT) facturan por horas de personal con un perfil determinado, ponen a disposición del cliente la persona que cumpla con los requerimientos, y el trabajo puede estar realizado por trabajadores de la misma empresa. Ahí acaba su trabajo, ya que no se responsabilizan de la operativa, ni las gestionan y tampoco el trabajo desarrollado.

En relación al convenio colectivo que ampara a los trabajadores de empresa de trabajo temporal es al que pertenezca la empresa que contrata los servicios de la ETT.

Las empresas de outsourcing no aportan únicamente trabajadores con el perfil que se requiere, lo que se externaliza es el servicio o departamento completo. Para ello se realiza un análisis previo valorando las necesidades del cliente en relación a los recursos, procedimientos y todo lo relacionado al mismo, y se le hace una propuesta de servicio. Así se asume la responsabilidad de los procesos buscando la optimización del servicio y adaptándose a los flujos de trabajo, siendo así la facturación variable según la estacionalidad. Esa adaptabilidad del servicio se extiende en el tiempo, ya que mediante informes periódicos se analiza la evolución del servicio pudiendo así optimizar tanto los recursos como los procedimientos, siento así extensible a los costes del cliente.

En este caso, los trabajadores normalmente trabajan bajo el convenio propio de empresas de externalización de servicios.

Poder dedicarte a tu core business mientras externalizas procesos complejos por diferentes casuísticas, es una decisión que hará más rentable y productiva a tu empresa.